miércoles, 18 de diciembre de 2024

El cajero, los medios y los monos

 

Imagen: BigBan News


Por Jabond

 

Entre fines del siglo XIX y durante el siglo XX el ámbito científico desarrollo el análisis experimental. ¿Qué es el análisis experimental?, sintéticamente, a través de un medio controlado poder ir haciendo pruebas y por medio de sus resultados ir desarrollando hipótesis científicas, o , más simple, por medio de experimentos desarrollar hipótesis científicas.

Si, aquellos experimentos que en algún momento hicimos en casa, como aquel juego, cual truco de magia, que consistía en frotar en nuestro pelo una regla o pedazo de plástico para luego acercarlo a algunos pedacitos de papel y ver como se pegaban a la misma o en los dibujos animados, ese hombrecillo con delantal blanco rodeado de tubos de formas extrañas que mezcla líquidos de colores y de repente hacen explosión, son una forma de jugar con ese modelo experimental. Es más, este modelo, que en un principio fue tan efectivo, quizás nos haya impregnado en nuestra mente esta imagen de “ratón de laboratorio” , es decir cómo imaginamos un científico. 

Una curiosidad es que a veces suele olvidarse que aquellos experimentos comenzaron en las ciencias naturales para luego utilizarse para comprender el comportamiento animal.

En este sentido, posiblemente hemos escuchado hablar de los llamados perros de Pávlov. Un experimento que consistía en tres elementos: un perro, su comida (o recompensa) y una campana.  Se ponía al perro en una habitación, solo, y cada vez que se hacía sonar la campana aparecía la comida para luego el perro, en este caso, se alimentara. Esto se repetía varias veces hasta que finalmente se retiraba la comida, pero se hacía sonar la campana. Y lo particular es que el perro aún sin comida al oír sonar la campana salivaba como si ella estuviera, es decir mantenía su conducta. De esta forma, se comenzó a comprender como se construyen las conductas, nacía el conductismo.

Posteriormente, aparecieron otros experimentos, pero de carácter grupal, usando otros animales como monos.

Uno de esos experimentos consistió en introducir en una habitación un grupo de 10 monos y en la altura colgadas, pero que trepándose los monos podían llegar, un racimo de bananas frescas-un verdadero manjar para casi cualquier homínido- pero, en qué consistía el truco, en que si agarraban las bananas rápidamente caería sobre toda la habitación un fuerte chorro de agua helada. 

Cual fue la curiosidad del experimento, la primera parte comenzó introduciendo los monos en la habitación y luego, minutos después, se colocó el racimo de bananas, es así que rápidamente los monos se abalanzaron sobre ellas a lo cual rápidamente un chorro de agua helada cayo sobre todos ellos, una situación horrible para aquellas pobres criaturas. Esta situación se repitió varias veces hasta que finalmente los animales renunciaron a obtener aquel tesoro tras el riesgo de sufrir las consecuencias. Una vez constituida esta situación, comenzó la segunda parte del experimento.

La segunda parte, consistió en sacar un mono y reemplazarlo por uno nuevo que desconocía, obviamente, la experiencia de las bananas, es así que al entrar rápidamente fue por tan preciado botín. Lo que no se esperaba era que cuando se quiso abalanzar hacia las bananas el resto de los compañeros lo atacarían por querer acercarse a las frutas, así que desistió de las mismas. Luego continuo el experimento retirando otro mono experimentado e incorporando uno nuevo, a lo cual se repitió lo mismo que el anterior, quiso ir por las bananas y sus compañeros no se lo permitieron agregando que aquel mono que anteriormente había ido por las bananas sin conseguir tocarlas también se había incorporado a la golpiza. A lo cual el experimento continuo de la misma manera cambiando monos experimentados por nuevos hasta que se llego a un punto donde todos los monos que había en la habitación evitaban si algún nuevo espécimen intentaba ir por las bananas, aunque ninguno había sufrido el chorro de agua helada, es decir sin saber el porqué. De esta manera, se comenzaron a desarrollar hipótesis sobre el comportamiento animal y de cómo era posible influir en su conducta.

    Ahora bien, este desarrollo si bien tuvo un gran aporte para el conocimiento, luego comenzó a mostrar sus límites. ¿Cuáles fueron esos límites?  Bueno, que en muchos casos acciones que en el laboratorio funcionaban a la perfección, fuera de él no funcionaban con la misma exactitud, o directamente no funcionaban, lo que derivó en contemplar esta situación y los límites y posibilidades de esta forma de investigación científica, tan fructífera y que obviamente se sigue utilizando.

    Por otra pate, una de los aspectos más interesantes es que este modelo de investigación científico se lo asocio solamente a las llamadas ciencias duras, como la física, la química, la zoología u otras y se dejó de lado que las ciencias sociales como la psicología, la sociología, entre otras, también han utilizado este método. Sin embargo, en estas ciencias, los experimentos eran más difíciles de realizar,  ya que uno de los inconvenientes era ¿cómo poder actuar en un medio tan grande e incontrolable como grandes grupos de personas? de alguna manera era algo imposible.  Pero es mas, existe otro tema y es que el hombre, el ser humano, es el único ser racional por lo cual es imposible que se constituyan este tipo de conductas esperables ya que hasta se daría cuenta de la manipulación.  Es como burlar a un perro a o a un gato con palo o un cordón, esto no se puede hacer en los seres humanos ya que se dan cuenta. Por tal motivo, este método experimental no se uso en las ciencias sociales, por su imposible comprobación

Pero a que trae esta explicación, bueno es que quizás a veces uno se pone a pensar en estas cosas cuando uno tiene que esperar y no sabe qué hacer, es decir se aburre y la mente comienza a pasear por lo que sea. Como, por ejemplo, cuando un lunes estaba haciendo la fila para el cajero automático para sacar dinero. Un lugar donde se hacen largas filas de personas y en donde solo queda tiempo para alguna charla breve con sus compañeros de fila o pensar, pensar en cualquier cosa.

 Un lugar donde suele ocurrir que uno llega y ve que hay varios cajeros pero que la gente hace fila solamente en uno, al que luego llega otra persona y se pone en la cola y mientras uno espera comienza a pensar. Pensar en estos humanos: hombres racionales e inteligentes, pero haciendo una fila por un largo rato y es ahí cuando uno se pregunta por las personas que están adelante en la fila y los que están usando el cajero y se demoran eternamente en una simple máquina de pago y retiro de efectivo. ¿Qué harán esas personas en los cajeros?, acaso tendrán alguna función oculta que les permite ver series o alguna película, estarán aprovechando el frío o el calor según la época del año, estarán haciendo algún tipo de especulación financiera reducido a algunos pocos o vaya a saber que misterios del universo ocurrirán en ese momento, mientras este ser racional espera y espera. Sigue esperando y viendo además el resto de los cajeros sin usar mientras siguen llegando nuevos compañeros de fila, todos esperando utilizar dicha maquina para poder retirar un poco de dinero, manteniendo la ansiedad de utilizar nuestros racionales teléfonos inteligentes, nuestros smartphones.

    Y bueno se sigue pensando, esperando y esperando hasta que de repente se acerca una persona, cual, dispuesta a todo, a los cajeros vacíos y haciendo alusión brevemente al resto con una pregunta ¿puedo? Lo cual se le remite afirmativamente, acciona el cajero y, valla esas cosas de la vida, obtiene su objetivo, que deviene en que rápidamente se disuelve aquella racional e impredecible fila para luego retirarse con el objetivo cumplido como muestras de nuestra racionalidad fundada en la especie humana y quizás quien no para luego ir a comprar un kilo de bananas.

IA