viernes, 16 de agosto de 2024

La sed (una historia de la guerra y el innombrable)

 


Foto:Fuente Wikipedia

Por Jabond

 

Siempre, por las tardes que cae la primera luna nueva del mes, hago el mismo ritual y mis hijos suelen preguntarme ¿papá porque seguís haciendo y dejando esos alimentos echarse a perder? y siempre, o casi siempre, me detengo a contarles el por qué.

Eso fue haya por los años 30, cuando hace ya casi un año y medio que la guerra había comenzado, recuerdo que fue algo inesperado que nos dejó estupefactos todos. Esa mañana, sin entender por qué, el ejército Boliviano invadía nuestro país reclamando suyo el Chaco, el Chaco Paraguayo.

Fue un horror para nosotros nuevamente enfrentarnos a esa tragedia con todavía aun el recuerdo vivo de la guerra de la triple alianza, donde casi todos nuestros hombres habían muerto, incluso niños con barbas de maíz, que se aferraban a las botas de los soldados para no ser masacrados en aquella trágica tarde en costa Ñu. Pero, aun así, vaya a saber por qué maldición, allí estábamos nuevamente peleando.

Una guerra extraña, quizás como todas las guerras, donde veíamos la escasa preparación, bueno de nosotros con lo que pudimos, unas armas, las que conseguimos: unos rifles, algunas pistolas y unos cuantos machetes. Mientras que ellos tenían armas totalmente sofisticadas, pero que no las sabían manejar, no tenían ningún tipo de adiestramiento. Tal es así, que era ya la tercera batalla donde varios de sus muertos fueron a causa de sus propios disparos, mientras que otros directamente huían ante nuestros ataques en desesperación de no saber qué hacer. Pero también extraña porque incluso era muy difícil la conexión entre las compañías de nuestros propios ejércitos como lo que ocurrió aquel verano, cuando pasaron 12 días sin poder comunicarnos con el cuartel general o con algún otro batallón y lo peor aún el calor nos estaba carcomiendo rápidamente y sobretodo la sed. Una sed insoportable que, hacia arder la garganta, como si estuviéramos tragando brasas, ya que había pasado un día desde que se nos habían agotado nuestras reservas de agua y si aquella situación no cambiaba rápidamente íbamos a morir, convirtiéndonos en esa gran masa de difuntos sedientos, creo, el arma más letal para todos en este entuerto.

Fue así, en esa circunstancia que, no recuerdo en que momento, pero por algún motivo, me encontraba caminando, por el monte, cuando mi vista se nublo y quizás me desmaye por unos minutos.  Cuando me desperté, o más bien, me despertó una sombra extraña, y recordé lo que sucedió. Estaba caminando atrás de mis compañeros y de repente comencé a escuchar un silbido, que fue pasando de ser molesto a ser adormecedor como si fuera una canción de cuna hasta que me desvanecí.  Cuando volví en sí, volví a escuchar ese silbido de forma intermitente hasta que adelante de mi había una sombra que comenzó a aclararse, no podía identificarla, parecía un niño, un enano o un adulto, tenía los hombros levantados sin cuello y los brazos largos, lo que fuera que era se encontraba frente a mi mirándome fijamente y fumando un cigarrillo hasta que de repente me hablo y me dijo:

 

-          A ti te conozco, si te conozco de algún lado..

-          De repente, escuchar esa voz aguda que me señalaba y me decía que me conocía, me estremeció, ¿Qué sería aquel hombre o criatura?, sentí peligro por mi vida no sé porque, si bien no parecía fuerte, algo congelo mi sangre de miedo. Hasta que la criatura nuevamente hablo

-           Si si, te conozco, te he visto haya por la campiña tú vives cerca de los arroyos, a las afueras de Sapucai, y además de cosechar has sido un excelente productor de miel negra, la mejor que he probado en mi vida, es más hasta más de una vez de tanto que he comido me quede dormido en los barriles, un manjar imposible de olvidar.

 -          Cuando dijo eso me tranquilice por un segundo y respondí, ah si, dirá por mi padre el produce esa miel todos los años y la vende en el mercado …

-          De repente corto mi conversación…

-          Así que tu padre, entonces de ahí te he visto, bueno, así que vendía su miel en el mercado, bueno creo que es justo que pague por los servicios que he tomado, además no vaya a ser que por mi culpa deje de producir tan excelente manjar, ven sígueme

 -          Ehh ¿a donde? Pregunte

 -          Y la criatura me miro con unos ojos penetrantes a los cuales no se me ocurrió más que seguirlo.

 -           Caminamos una media hora, la selva del Chaco realmente era un lugar muy difícil de sobrellevar, a donde me estaría llevando me preguntaba, quizás me mate, no lo sabía, pero que más iba a hacer también moriría de sed o quizás sería el alimento de algún animal salvaje. Hasta que de repente, el camino a lo lejos se traslucía, parecía que la selva se reflejaba en el piso o como si hubiera un gran abismo, no entendía que era lo que ocurría hasta que entendí lo que estaba viendo, era agua ¡Agua! Recuerdo que grité, un oasis en medio de ese inhóspito lugar al cual fui corriendo a saciar mi sed que ya estaba acabando conmigo y mire a esa criatura y le agradecí. Quise tratar de acercarme para abrazarlo, pero algo me dio el presentimiento de que debía mantener distancia, así que busque en mi bolso algo para darle y encontré una botella de caña casi vacía y se la ofrecí, cuestión que la criatura de manera sonriente agarro la botella y se tomó lo que quedaba disfrutando denodadamente la bebida hasta que me miro nuevamente, cuando si bien estaba feliz a su vez me lamentaba de haber perdido a mis compañeros los cuales de no poder encontrar el agua indefectiblemente morirían. A lo cual la, la criatura me dijo quieres a tus compañeros, bueno, está bien, pero este será mi último favor y se puso a silbar, pero esta vez de manera mucho más fuerte y luego silbando se fue metiéndose en el monte hasta que desapareció.

 

-          Pasaron unos minutos en soledad, y de repente empecé a escuchar unas voces que luego me parecieron conocidas, y pensé, son mis compañeros, ahí fue que me puse a gritar agua aquí hay agua y de repente fueron apareciendo… aquí estas pensamos que habíamos muerto y milagro encontraste agua y fueron corriendo a calmar su sed, si es todo un milagro , pero como llegaron aquí, recuerdo  que les pegunté.

 

-          Estábamos caminando y de repente comenzamos a escuchar un silbido, pensamos que era el enemigo y que debíamos seguirlo nos fuimos acercando hasta que el silbido se fue desvaneciendo y comenzamos a escuchar tu voz.

-          Pero tu como encontraste este oasis, la verdad que no se si fue una alucinación o que pero apareció una extraña criatura, no recuerdo bien como era pero sí que le gustaban los cigarros, la caña y la miel negra, ella me condujo hasta el agua y me ayudo a encontrarme con ustedes. Si no fuera por ella estaríamos muertos. Recuerdo que nos reíamos mientras disfrutábamos el oasis y el seguir vivos.

 

Ese día fue una de las cosas más extrañas que viví en mi vida, y que me ayudaron a sobrevivir ya que tuve la suerte de poder volver a casa con vida. La guerra duro tres años, tres largos años incluso la ganamos en el campo de batalla, pero parece que aquella petrolera norteamericana responsable de la guerra, así como aquellos ingleses eran muy poderosos, que perdimos nuestro territorio. Mas allá de eso pude volver con vida y encontrarme con mi familia, y poder volver a verlos, ver a mi padre nuevamente, estaba vivo con mi familia.

-Es así que quizás lo más curioso fue una mañana levantarme y escuchar a mi padre rezongar, maldición que animal tan maligno será de dios, todos los domingos de la primera luna nueva se come casi un tonel de miel negra, maldito animal sinvergüenza, a lo cual recordé lo que ocurrió en la guerra y le dije a mi padre bueno si es algo malo, pero hay cosas peores…

- a lo que mi padre me miro y dijo bueno tienes razón…

Ven yo te ayudo y lo ayude con las cosechas y la venta. Y esa noche como cada noche de luna nueva comencé a dejar en la puerta donde guardábamos la miel o en alguna esquina de afuera de la casa un cigarrillo un poco de miel negra y una caña. La cual cada mañana aparecía vacía la miel y la caña y fumado el cigarrillo, siempre en agradecimiento a esa extraña criatura.

Incluso es el día de hoy que mis hijos cada tanto me preguntan por qué cada, es repito el mismo ritual y yo siempre les cuento la misma historia de cómo sobreviví en la guerra y de aquel encuentro con esa criatura, que entiendo lector que sabe de quién se trata, pero por si las dudas no lo conoce, le daré una pista comienza con Pom… pero no se nombra.

IA

 

 

-           

-           

 

 

sábado, 10 de agosto de 2024

Un cuento de la Pachamama Parte 2: La leyenda del Quebradeño

 

                                                            

"Los demonios existen, solo que no son como los imaginamos "

Por JaBond

 

La historia del Quebradeño es la de un joven payador, bastante hábil con su guitarra, pero que no era el mejor. Cada payada, cada peña, cada fogón al lado del camino o en medio de alguna quebrada que iba de Purmamarca a Humahuaca se lo podía ver impresionando con su guitarra, pero muchas veces siendo vencido y quedando relegado a un segundo lugar, pero sobre todo es que había algo en sus payadas, sus canciones y su música que le faltaba de atracción al público, ese no se qué que hace que un músico sea reconocido.

Y es así que una noche en una peña estaban reunidos los payadores y el público bebiendo vino y aguas ardientes, cuando entre payador y payador el esperaba su turno para demostrar sus capacidades y que iba a ser el mejor de todos. Era una noche fría y pensó, mientras esperaba su turno, voy a practicar un poco así entro en calor, no sea cosa que la dureza de mis manos me haga una mala pasada. Pero lamentablemente para el Quebradeño dio un guitarrazo fuerte, que hizo un gran ruido, y vaya a saber por qué rompió las cuerdas de su guitarra. Se agarró la cabeza, sin empezar ya estaba fuera de la contienda, y se quedó paralizado. Pero de repente, sintió que le pegaban con un bastón, no entendía que pasaba tiro una puteada y miro a ver quién había sido el le había asestado el golpe. Se dio cuenta que era un hombre viejo y ciego, un payador con un bastón en su mano y con una guitarra en la otra, el cual luego tropezó y el Quebradeño lo atajo para que no cayera al suelo.

-          Gracias dijo el ciego, quería buscar un lugar para sentarme y creo que sin querer te pegue con mi bastón. Mil disculpas.

Q: Discúlpeme a mi, no me di cuenta que usted se dirigía hacia aquí, pero una consultas aquí vienen los próximos cantores. ¿Usted va cantar hoy?

C: Si venia a eso

Q: Uh, no es de mal gusto avisarle, pero creo que la lista de cantores cerró hace un rato.

C: Parece que con mi ceguera me retraso el camino y no llegue a anotarme, tenía ganas de participar, pero bueno será la próxima vez.

Q:. No, espere yo iba a participar pero se rompieron las cuerdas de mi guitarra asi que no podré hacerlo, tome mi lugar. Al fin al cabo yo no podré hacerlo de todas formas.

El ciego se quedó pensativo y en silencio por unos segundos.

C: Muchas gracias m´hijo , pero si no logré anotarme no sería justo con los que están participando, pero agradezco mucho tu gesto y por tu amabilidad te voy a ayudar, te voy a prestar mi guitarra.

El Quebradeño se quedó anonadado

Q: ¿En serio haría eso por mi ?, pero ¿y usted?

C: No te preocupes, me sumare en la próxima ocasión, pero por favor acepta este préstamo.

Q: Bueno muchísimas gracias, en realidad no se cómo agradecerle yo a usted, pero tome no se si tiene hambre- y le dio unas empanadas y un poco  de vino, que tenia-.

C: muchas gracias ero no era necesario….

Se escuchó y ahora que pase el siguiente payador el Quebradeño lo llaman

C. Gracias, veo que llamaron a alguien no sé si es tu turno

Q: Ah si, me toca, muchas gracias veré como me va.

El Quebradeño fue, vio a su contrincante el cual ya venia de cargarse a unos cuantos, lo miro fijamente, y comenzaron sus prosas. La veía difícil, pero llego su turno y comenzó a tocar. No entendió bien que sucedía pero de repente las manos en su guitarra comenzaron como a fundirse con el instrumento en una melodía que hipnotizaba al público, que a su vez es como si le recitara las letras que tenía que decir. Y así fue que toco su canción encandilando al público y cuando finalizo, se sintió un silencio profundo que duro unos segundos, parecieron eternos, para luego escucharse cientos de aplausos y chiflidos vitoreando al payador, al cual innegablemente lo dieron vencedor de esa contienda. Así siguió toda la noche hasta llegar al último payador y vencerlo. Finalizando una velada donde no hubo una persona quien no lo felicitara por semejante espectáculo.

Finalmente, cuando el público se retiró se acordó del ciego el cual le había prestado su guitarra, que lo vio sentado. Se acercó y le agradeció mucho por el préstamo.

Q: Muchas gracias por la guitarra, sin su ayuda me hubiera perdido esta noche. Pero no se está guitarra no se qué tenia era como mágica la verdad, no sé si era yo o era este instrumento.

C: Si te escuche atentamente fue muy impresionante la velada, te agradezco por tu amabilidad y por esta comida, la verdad no te voy a negar que tenía un poco de hambre.

Q: Bueno no es nada fue solo un poco de cortesía

C: No, no, déjame acerte un favor, ya que veo que te has llevado bien con el instrumento. Te propongo algo, yo estoy aquí visitando unos familiares estaré 10 días , y por eso no estaré tocando en ningún lado. Te presto mi guitarra así podrás sacarte las dudas, si eres tú o el instrumento y luego me la devuelves.

El Quebradeño, no lo podía creer y saltando de alegría le agradeció al viejo. Así comenzó su travesía, yendo peña por peña y lugar por lugar demostrando sus dotes de músico y venciendo a todo aquel que se le presentaba con el público aplaudiendo y reconociendo semejante artista. Con una música atrapante e hipnótica, era un deleite para quien simplemente lo oía, hasta que un día ocurrió algo inesperado.  El sexto día estaba en Maimara, demostrando como siempre sus músicas, era una noche y de repente, la guitarra comenzó a sonar con sonidos horribles, como si nunca hubiera tocado un instrumento, lo cual sorprendió y luego molesto al público e hizo perder la payada. No entendía por qué, si el estaba tocando como siempre, se puso a ver las cuerdas, si estaban afinadas, si sin querer la había golpeado, pero no la guitarra estaba igual que siempre. Se quedó pensativo y pensó quizás soy yo he estado tocando sin parar desde hace varios días y me he agotado.

Es así que descanso dos días y luego volvió a tocar la guitarra volvió a sonar bien como antes y dijo se ve que fue el cansancio y retomo las payadas.

Sin embargo, el 9 día paso algo aún mas extraño, nuevamente estaba en el fulgor de las payadas , cuando de repente como si nada la guitarra comenzó a sonar mal, tal fue así que se detuvo por unos segundos , y el público también,  se hizo un vacío, un silencio incomodo, el Quebradeño miro al público y volvió a tocar, la guitarra volvió a sonar majestuosamente , para luego nuevamente sonar horrible , como algo intermitente inexplicable hasta que finalmente finalizó, la tribuna estaba desconcertada, tanto como él , el cual si bien la contienda quedó empatada por semejante suceso extraño el decidió retirarse. Mañana era el día que devolvería la guitarra y le preguntaría al viejo, este extraño comportamiento.

Al día siguiente muy temprano llego a Purmamarca y se dirigió a la Peña donde había quedado con el viejo. Sorpresivamente el viejo estaba en el lugar, sentado en un tronco de cactus tomando mate, como esperándolo. El Quebradeño se acercó y al hablarle rápidamente el viejo lo reconoció y le agradeció por haber devuelto su guitarra.

Q: No, nuevamente gracias a usted por el préstamo, ¿pero sabe esta guitarra no me ha resuelto el problema de si soy yo quien toca bien o es la guitarra? Es más tiene un comportamiento extraño de repente sonaba perfecto y, como si nada, cambiaba. La verdad es algo que no entiendo.

El ciego se quedo quieto y en silencio por un segundo

C:  Bueno… esta bien voy a decirte…cual es el secreto de esta guitarra… pero primero dámela.

El Quebradeño le dio la guitarra y el ciego la agarro con suavidad, cual, si fuera una mujer y se puso a cantar una canción, lo cual lo mas llamativo era su estribillo que decía: aquella historia lara lara lara lara la… hasta que finalizo.

C: El secreto de esta guitarra, así como de otros instrumentos como este es que esta templada por el diablo.

Q: ¿Templada por el diablo?…  El Quebradeño echo una minúscula risa, a modo de que pensó que los estaban cargando.

Q: Vamos me está haciendo una broma, esas cosas no existen, está bien si no quiere decírmelo hay problema, le agradezco por el préstamo, pero por favor no se burle de mí.

C: No , no, esa es la verdad yo no miento , es mas te diría que seguramente esa guitarra sonaba mal de a ratos, minutos en una canción.

El Quebradeño se quedó asombrado el no le había contado nada de eso, con esa precisión.

Q: Espere, usted sabia de esos cambios de la guitarra

C: Claro, por que esa guitarra tiene dueño es mía y esos cambios los hace cuando no está con su dueño.

Q: Usted me esta tomando el pelo, me esta cargando, me voy

C:Bueno m’hijo como quieras todo es cuestión de creer, igual te agradezco que me hayas devuelto mi guitarra.

El Quebredeño se fue de la peña y se dirigió a la plaza, se sentó en un parecita cerca de la iglesia, y se quedó pensando, sobre aquello que había hablado con el viejo, ¿serían ciertas aquellas palabras del viejo? Quizás valdría la pena, aunque sea escucharlo, no había nada que perder. Esa noche había una peña a la que decidido participar, esta vez con su guitarra reparada, y tal vez se quitaría sus dudas de sus habilidades.

Esa noche, en la peña, descubrió que si bien su cantar, su canción y su música, fue bueno no era como cuando tenía la guitarra del viejo. Por lo cual, el público quedo sorprendido porque si bien era bueno, no era el de antes y por tal motivo, no fue el ganador esa noche de las payadas. Eso fue suficiente para tomar la decisión de ir a escuchar al viejo.

Es así que la mañana siguiente se levantó muy temprano, porque sabía que los traslados se hacían por la mañana y posiblemente el viejo estaría todavía por el pueblo, ojalá que no se vaya ido pensó asi que corrió hacia donde lo había encontrado el día anterior, que estaba cerca de donde se tomaban las carretas.

Para su suerte, logro encontrarlo, ahí estaba con su bastón, un bolso y su guitarra. Corrió hacia su encuentro.

Q: ¡Espere! -le gritó al viejo – el cual giro su cara, con sus ojos blancos que no veían, hacia dónde provenía la voz- disculpe, le creo lo de su guitarra

C: Ah eres tú, ¡que sorpresa! Bueno… acepto tus disculpas.

Q: Respirando fuerte por la corrida -Le creo lo de la guitarra, pero quería preguntarle ¿por qué cambio el sonido?

C: Bueno, la cosa es así, es que es mi guitarra y cuando esta se aleja de su dueño después de unos días pierde, su magia, o también dicen que, como las templa el diablo, este empieza a hacer sus diabluras.

Q: Pero es un instrumento extraordinario, hay alguna forma de que pueda tener una igual.

C: Pero ¿estás seguro que quieres saber?, acordate que es un instrumento templado por el mandinga y nada es gratis con él.

Q: No me importa, quiero, necesito un instrumento así. Se paró casi violentamente al viejo y de forma amenazante.

C: Esta bien, está bien, pero sabe bien que nada bueno puede venir del Mandinga, siempre te engaña y algo se lleva, siempre quiere algo a cambio.  A mi, me ha hecho un gran daño, que pudo ser peor, por suerte no pudo llevarse mi alma ni la vida y alma de mis seres queridos, pero con estos ojos ya no podré ver a mi amada, no importa, un precio menor a todo el daño que podría haber hecho.

  

Q: No me importa, quiero saber.

C: Esta bien, pero quedas advertido, todo lo que hagas pensalo bien.  Como te había dicho esta guitarra, esta templada por el diablo, es una guitarra cualquiera, pero es ese poder mágico el que les da las virtudes y es única, una para cada cantor. Única.

Si quieres obtener un instrumento como el mío tienes que ir a la Quebrada del surco, donde está la garganta del diablo. Esto lo tienes que hacer un 5 de febrero de carnaval, tenes que ir por la Quebrada, vos solo, al atardecer, después de caminar varios kilómetros veras que la Quebrada cierra su inmensidad en dos paredes. Cuando vayas lo entenderás, allí debes dejar tu instrumento y luego debes irte.Por ningún motivo te tienes que quedar, por ningún motivo. A la mañana siguiente debes ir a buscar tu instrumento, y es así si el mismo está intacto, es que la magia está en en el instrumento.

Tené cuidado, ya que el camino en carnaval es peligroso, más de uno perdió la vida al intentar templar su instrumento y acordate dejás el instrumento y te vas. Es lo que me dijo quién me explico esto hace muchos años y al cual por ningún motivo pondré en dudas sus palabras y al cual desearía nunca habérmelo cruzado.

Y así con esas palabras el Quebradeño conoció como podía templar los instrumentos, se propuso dicha empresa inmediatamente. Pero se dio cuenta que estamos en noviembre, faltaban todavía unos meses para febrero. Le guste o no debería esperar un poco, por tal motivo se propuso continuar con las peñas y las guitarreadas hasta que llegara el momento.  Ese año hubieron muchas peñas por Tucumán, especialmente por Tafi, Amaicha ,Belén y los pueblitos de  Salta. Y decidió, hacer ese camino, dirigirse a Tafi y luego ir subiendo hasta llegar finalmente el 5 de febrero de Carnaval a la Quebrada.

Esas Peñas que comenzaron en Tafi y sus ferias no fueron nada fuera de lo común pero en Amaicha entre el cruce del rio hacia Belén y Salta algo ocurrió, que quizás insinuaba el camino que haría el Quebradeño.

En el camino hacia Belén desde Amaicha, se encuentra un largo sendero, bastante desértico con arbustos y talas duros, que luego lleva a un rio. Este ocupa un lugar un tanto llamativo porque parece que cumple un papel de dividir algo y al atravesarlo por el puente da la sensación de que uno estuviera atravesando una especie de portal o por lo menos una extraña sensación de que cruza algo mas que un flujo de agua. No se sabe por qué, quizás por la tragedia y  la resistencia  que esconden esas tierras. Tragedia porque, en aquellos lugares, es por donde se encontraban las antiguas fortalezas de los Quilmes, las cuales luego de siglos de resistencia fueron vencidos, por la corona Española y obligados, como castigo, a caminar hacia la provincia de Buenos Aires, lo que hoy es la localidad que tiene su mismo nombre, de los cuales muy pocos sobrevivieron. Pero también otras parcialidades aborígenes, de las cuales muchas fueron vencidas, pero otras lograron esconderse, escabullirse y esconder todos sus secretos aun hoy.  Por eso esta zona, ese cruce, dicen nos lleva a un lugar raro, ya que algunos dicen que las almas de aquellos pobladores, pero también sus deidades rondan por la zona, a modo de resistir aun muertos, ya que todavía permanecen muchas tumbas de ellos, algunas ocultas donde prevalecen sus urnas funerarias, pero otra basada en aquellos que fueron asesinados, fosas comunes o que quedaron en las ruinas. Y cuyos pobladores, son muy reticentes a contar.

En ese camino, ya volviendo hacia Humahuaca, luego de cruzar el rio el carruaje del Quebradeño se detuvo, el caballo no quería avanzar y el conductor no sabía que hacer para que el caballo continúe. Es ahí que el Quebradeño bajo por un momento de la carreta, para estirar las patas, mientras se resolvía el entuerto. Fue allí, mirando hacia el suelo vio una piedra con unos colores llamativos y la tomo. La piedra tenía unos raros dibujos, como de animales, quizás sería alguna pieza de los aborígenes, no lo sabía, parecía que era de una especie de vasija grande. Decidió conservarla, y la guardo en el bolsillo. Sorpresivamente el caballo, rechinó y se dispuso a continuar el viaje, subió a la carreta y no se que le ocurrió al bicho ese, pero empezó a correr a toda prisa como queriéndose alejar del lugar.  Las peñas continuaron y finalmente llegó la fecha, el 5 de febrero de carnaval.

 

El 5 de febrero, comenzó con una tarde tranquila el Quebradeño se preparo, tomó su guitarra, una lámpara de aceite, una caña, una botella con agua y algo para comer y comenzó su camino hacia la Quebrada mientras caía la tarde, en un cielo rojizo con el sol ocultándose. Comenzó su larga caminata mientras caía la noche, sin luna, realmente comenzó a darse cuenta que el camino se volvía peligroso cada vez se encontraban mas surcos que saltar en unas paredes que estaban cada vez mas cerca, y con un cielo que poco a poco se iba llenando de nubes. Casi no se veía nada, solo la pequeña lámpara iluminaba el camino y se escuchaban ruidos, quizás algún Puma u otro animal salvaje. Aun así el Quebradeño estaba decidido en obtener su objetivo.

Hasta que finalmente, entendió las palabras del viejo, de repente la Quebrada , sus dos inmensas montañas se cerraban en un pequeño surco del largo de no más de una persona acostada y en el medio el rio. Era el momento de dejar el instrumento y retirarse, pero algo extraño ocurrió, las nubes rápidamente se convirtieron en lluvia y luego en tormenta así que el rio comenzó a crecer y el Quebradeño dudo de dejar su guitarra en el suelo. Así que decidió permanecer en el lugar, al menos hasta que se calme la tormenta, no sea cosa de que el gua destruya la guitarra.

Se subió a una de las piedras, encontró una especie de cobijo, como una pequeña cuevita, y se sentó a esperar, hasta que se quedó dormido. De repente se despertó como si alguien o algo lo hubiera empujado, todavía era de noche , parecía que se hubiera hecho un vacío como una tranquilidad una tensa calma y un perro con ojos blancos caminaba alrededor de el.

No entendía que estaba pasando, pero era de noche, la media noche, el perro de la nada se puso a ladrar fuertemente y luego se fue desapareciendo en la oscuridad y como saliendo de las sombras se apareció un hombre alto, con harapos que lo cubría un poncho, parecía un payador, cuyo rostro no se lo podía ver con claridad y se dirigió al Quebradeño y le dijo

-Hola ¿que haces por aquí acaso estas perdido? ¿No sabes que es muy peligrosa la Quebrada? puedes perder tu vida

Q:  Hola- respondió el Quebradeño sorprendido por el extraño sujeto- si es que vine aquí por un conocido que me recomendó que viniera por una vieja historia, pero creo que fue una mala idea.

-Historia, ¿historia de que? De perder la vida

Q: Sobre los instrumentos de darle poderes mágicos dejándolos aquí, no importa … me parece que me voy a ir.

-Jaja, poderes mágicos, que ocurrencias jajaj pero ahora entiendo por que encuentro cada tanto alguna guitarra, charango o quena por aquí, que curioso. ¿Pero por eso estas aquí?

Q: Bueno en realidad soy un payador, dicen que soy bueno, pero es como que me falta algo para ser el mejor.

-¿El mejor? ¿Querés ser el mejor? Mucha gente, quiere querer ser el mejor, siempre me llamo la atención esa frase. A ver veni acércate, toca algo para mi.

El Quebradeño, estaba dudando, pero pensó que más da solo estamos el y yo , así que bajo de la piedra y vio que el extraño tenía una fogata que iluminaba el surco de la Quebrada, mientras el cielo se había despejado de nubes en la quietud de la noche.

Y es así que el Quebradeño, se sentó en unas piedras y comenzó a tocar para el extraño, el cual lo escuchaba atentamente.

- Es verdad, reconozco que eres bueno, pero falta ese algo.  Y sabes que, yo te lo puedo enseñar.

El Quebreadeño lo escucho y no pudo resistir la carcajada

Q: Bueno, perdón lo veo a usted y no creo que tenga dotes de cantor nunca escuche de usted   mire que conozco a todos los payadores y cantores de la región.

-Bueno-respondió el extraño- prestame tu guitarra

El extraño tomo la guitarra y comenzó a tocar y a sonar una melodía extraordinaria casi hipnótica, que dejo anonadado al Quebradeño.

Q: Espere, como ha hecho eso

-Es que yo también son payador y cantor

Q: Pero no parece, y nunca escuche de usted…

 -Que no hayas escuchado de mi no quiere decir que no exista, pero a pesar de tu ofensa todavía mi oferta sigue en pie

Q:¿En serio? Gracias, quisiera que me enseñe, quiero ser el mejor

-De acuerdo, pero hagamos un trato yo te enseño, es mas si queres te garantizo que vas a ser el mejor , hay técnicas que no le enseño a todo el mundo, pero un día cuando yo aparezca de noche, una noche como esta, tú en cuerpo y alma, sin preguntar, te vienes conmigo.

Q: ¿Es en serio?

-Si, pensalo podemos hacer otro trato, pero ojo no te enseñare para que seas el mejor. Pensalo bien.

El Quebradeño , le parecía todo medio extraño, pero en el fondo era consciente de lo que estaba pasando. Se quedo pensando unos minutos

Q: El mejor…acepto, sabes qué, acepto

-¿Aceptas? ¿Seguro?

-Si acepto

-Bueno, entonces hagámoslo efectivo

El extraño, de repente saco un cuchillo y se hizo un corte transversal en la palma de la mano y comenzó a sangrar.

-Bueno ahora tu y luego nos damos la mano

Q:Para ¿estas loco?

-El trato es así, tómalo o déjalo no hay otra chance- le acerco el cuchillo ensangrentado-

El Quberedeño dudo, pero tomo el cuchillo y se hizo un corte igual en su mano para luego fundirse a la luz del fuego en un apretón de manos.

Q: Bueno, ya está hecho, pero como voy a tocar si mi mano esta lastimada-y se dio cuenta que su herida no sangraba, ahora era una cicatriz- Cumple enséñame

-Está bien un trato es un trato- el extraño tomo la guitarra y comenzó a hacer un simple ejercicio- ves este ejercicio, hazlo repetidamente hasta que me vaya. Y mañana cuando vuelvas, serás el mejor.

El Quebradeño, pensó que lo habían engañado pero que más ya había hecho todo y comenzó a hacer el ejercicio con una melodía repetitiva y aburrida hasta que el extraño se retiró y de la nada la fogata se apagó. Las nubes, de repente volvieron a cubrir el cielo, ya comenzaba a amanecer y entendió que debía volver al pueblo.

La mañana siguiente, se quedó pensando si lo que había ocurrido la noche pasada habría sido cierto o un sueño, se levantó y se dio cuenta que tenía todavía en el bolsillo aquel pedacito de piedra extraña, pero que esta vez había cambiado de color, lo había tenido  todo el tiempo esa noche y la palma de su mano tenía una cicatriz.

Finalmente, una vez despabilado decidió que era cuestión de concurrir a la primera peña que hubiera para comprobar si todo fue un sueño o una realidad. Esa noche en la peña, el Quebradeño vislumbro a todo el público y al pueblo con sus payadas y canciones, infinitamente mejor que con la guitarra del viejo. Ahí comenzó su leyenda que hasta se llegó a construir una estatua en la plaza del pueblo en reconocimiento a su obra.

Hasta que finalmente una noche oscura, como aquella en el surco de la Quebrada, el Quebradeño se fue con un extraño y nunca más se supo de él.

 

IA

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

jueves, 1 de agosto de 2024

Un cuento de la Pachamama Parte 1




Por JaBond


Una de las historias o mitos populares de la Argentina más conocidos, como lo relata Mugica Laines en Misteriosa Buenos Aires, ha sido el de Santos Vega. El gaucho payador que era invencible con sus cantares y que solamente el diablo logró vencerlo o, como algunos cuentan, en realidad vino a cobrarse lo que había acordado con Vega, su alma.

Vega había disfrutado, y ostentado, de sus hipnóticas payadas y canciones con la cual había impresionado a todo el mundo y vencido a todos los gauchos payadores desde las sierras, hasta la pampa y las orillas del rio de la plata, y bueno, el diablo como suele hacer cuando te ve confiado y con la guardia baja, te engaña.  Es así que una tarde se hizo pasar por un hombre débil apodado Juan Sin Ropa, alguien que parecía de muy pocos dotes para el guitarreo, pero que tras esa vestimenta, en una de las payadas más recordadas e inesperadas por los gauchos desafió a Santos Vega y fue victorioso. El cual, al ser vencido entendió inmediatamente que ese insignificante personaje no era mas que el Diablo, que se había venido a cobrar aquel acuerdo de antaño. 

Solo que esta vez la Virgen- al ver el bien que había generado, la plegaria y el arrepentimiento de Vega, más allá del mal originario- pidió por él y, si bien su vida quedo a merced de Mandinga (como suelen llamar también al diablo), su alma se iría al cielo, y de ahí la sonrisa del payador al morir.

Lo interesante de este mito popular, es que seguramente haya muchos Santos Vega e historias como aquella, y una de ellas o algo similar es la que les vengo a contar.

Esta historia fue también la de un famoso payador invencible, solo que esta vez, fue una noche en aquellos fogones que solían hacer para pasar la noche entre mate, alguna caña y algo para comer, cuando se apareció , como de la nada, un hombre con un sombrero cuyo rostro no se podía ver con claridad. El se paró frente a las llamas y miro detenidamente al payador , el cual al verlo se quedó mudo por un instante, y este extraño sujeto se retiró, a lo cual el guitarrero, bajo la cabeza y finalizo la canción, para luego lentamente dejar la guitarra-como si se acostara- en unos harapos, hacer un fondo blanco con lo que quedaba de la caña que estaba tomando para luego pararse y dirigirse hacia donde había partido aquel extraño sujeto para perderse en las sombras de la noche para nunca mas saber de el.

Lo curioso de este mito popular es que usualmente, o lo que uno se entera es de la historia del payador, pero no de su origen es decir a donde o cuando comenzó todo. Seguramente habrá muchos lugares, pero en este caso es del que pude conocer, o al menos su historia.

No se si sabrá lector, creo que si, pero en el norte de nuestro país, Argentina, haya en provincias  como Jujuy, Salta, Tucumán y Catamarca algunos de los pueblos celebran, en base a sus creencias, tradiciones y costumbres el 1 de agosto el día de la Pachamama, pero que abarca todo el mes.

La Pachamama es como la madre tierra, a la cual durante esos días de agosto, las familias se suelen reunir y hacer un festejo y es allí entre comilonas que se hace en la tierra un pozo, que representa la boca de la Pachamama, y se la alimenta. Se hacen unos rituales y canciones y luego se la comienza a alimentar como uno más de la familia, y con lo que se tenga a mano, aunque generalmente con las comidas típicas de esa época como la carbonara, pero también guisos, gaseosas, caña o lo que estén comiendo los comensales.  También a su alrededor se suele coquear, es decir, con las hoja de coca que son buenas para la altura se arman en cigarrillos y se los fuman, y con algunos de ellos, se hacen pocitos y se clavan en la tierra boca para arriba como para que también la tierra lo haga. Así también es que se suelen quemar incienso a modo de humear. Todo este ritual a modo de agradecerle a la tierra para que sea fértil para dar inicio a las cosechas y en cierto modo al comienzo de la primavera y a un nuevo año.

Este ritual, tiene un componente social por que se suelen invitar a conocidos, amigos u extraños a formar parte del ritual o siendo anfitrión a modo de compartir este momento. Es así que suelen humearse las casas también, y convidar las comidas que se producen en ese periodo y también se cuentan historias.

Esta historia nos habla de una de las quebradas que van de Purmamarca a Humahuaca, en donde se encuentra la garganta del Diablo, es verdad dirá usted hay muchas gargantas del diablo, pero esta tiene algo especial o quizás cada una tiene algo de especial, pero quizás no lo conocemos o no nos han permitido acceder.

Sobre todo, en esta región, un sitio cargado de historia y de mucha tristeza, que si bien los colores nos atraen también debemos recordar que muchas batallas se dieron en aquellas montañas.

Esta garganta, a diferencia de otras, algunos cuentan que su nombre se debe a que en las luchas de la independencia un ejército se encontró con que el abismo entre las montañas no le permitía cruzar y es ahí cuando se le apareció el diablo quien le propuso un pacto y pudo cruzar.

Otros dicen que se llama así porque en más de una ocasión los viajantes quedaban maravillados por sus colores y se acercaban a sus laderas para seguir viendo hasta donde llegaba tan hermoso paisaje y ,sin notar el peligro, terminaban cayendo por el abismo.

                Pero también esta garganta, tiene la particularidad que es conocida por “La leyenda del Quebradeño”, que es la que vengo a contar.

 

Continuará

IA